Para esta obra se proyectó un espacio de trabajo de impronta industrial en escala de grises con unos toques de color suaves y claros que humanizan el entorno generando un equilibrio agradable. El uso del color cambia en función de las actividades realizadas en los distintos entornos. La incorporación de plantas (biofilia) ayudó al equilibrio de colores, además de colaborar con la disminución del estrés y el aumento de la productividad, entre otros beneficios.
La fusión entre el concepto de espacio de trabajo abierto y la losa a la vista como estética industrial, planteó un gran desafío en lo que respecta al confort acústico. Por este motivo se instalaron sobre los puestos de trabajo unos baffles de fieltro que, mediante una distribución estratégica, potenciaron la absorción acústica volumétrica permitiendo alcanzar los estándares óptimos de confort acústico y estético.